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lunes, 23 de mayo de 2011

Manifiesto por un Liderazgo Socialmente Responsable



 Por:  Andres Schuschny
El líder global responsable – Un Llamado a la Acción
La competitiva economía de mercado, nuestro modelo actual de desarrollo, ha mostrado una continua habilidad para ser creativo, mientras que al mismo tiempo ha existido una progresiva confusión de su vínculo con el Bien Común global, y una significativa pérdida de su capacidad para regularlo. Sin una transformación en profundidad, éste hasta ahora exitoso modelo, corre el riesgo de devenir en no sostenible, y perder su legitimidad moral y política. Invitamos a los líderes empresariales, políticos, sociedad civil, y educadores a unir esfuerzos para catalizar este proceso de cambio.

El sistema como un todo

La economía de mercado competitiva tiene muchas ventajas: creatividad, productividad, potencial de crecimiento, y flexibilidad. El emprendedorismo y la innovación están en el corazón de este sistema. En una economía de mercado, la firma es el agente económico y técnico de evolución. Por mucho tiempo se ha presumido que las acciones de la firma automáticamente servirán al bien común, gracias a las virtudes del mercado y de su famosa “mano invisible”. Actualmente esta unión se torna cada vez menos clara. La globalización, el crecimiento de las tecnologías de información, y la falta de regulación en el mundo entero confieren a las firmas un poder –y una libertad- para actuar sin precedentes. Algunas firmas ejercen usualmente este poder de acuerdo a sus propios criterios: rentabilidad, competitividad, y valor para el accionista, de una manera incremental con una base de corto plazo, la cual es presionada por las exigencias de los analistas financieros en reportes trimestrales. Esta lógica se ha convertido en la dominante. Esto nos ha impuesto un modelo de desarrollo cuyo único propósito es su propia efectividad y dinamismo.

Conducido solamente por una lógica instrumental, el modelo se torna cada vez más ambiguo y paradójico. Al mismo tiempo que produce más bienestar que nunca y asegura un crecimiento sin precedentes, se contamina, excluye, y muchas veces promueve la opresión y la injusticia social. Promueve una desesperada carrera que ya no tiene más un propósito visible, o razón de ser, más allá del valor para el accionista a cualquier costo social. Esta medida, siendo cortoplacista, no refleja más el verdadero valor de la firma en términos de su contribución con la sociedad. Al convertirse en global, nuestro modelo del desarrollo ha revelado sus limitaciones y contradicciones. Su extraordinaria capacidad para crear bienestar, su dinamismo internacional, y su emprendedorismo están produciendo indeseables efectos colaterales sistémicos que preocupan a muchos y que causan reacción en otros.
Debido a que las recientes experiencias han mostrado que el modelo actual no conduce a un equilibrio que provea un bien común global, la iniciativa de liderazgo responsable global (GRLI) argumenta que existe una necesidad urgente de concebir e implementar un modelo de desarrollo social más sostenible.

Esta es la base de nuestro llamado para la acción.

El liderazgo global responsable

La actual crisis financiera nos ha mostrado que el ideal de contar con un sistema autorregulado nos ha conducido a fallar globalmente, con implicancias de largo plazo en el desarrollo económico y en el bienestar humano. En el corazón de este fracaso existe una falta de responsabilidad y liderazgo.

Necesitamos un liderazgo más responsable para implementar un modelo más exigente que nos ayude al desarrollo sostenible. Esto requiere un profundo cambio en las mentes y comportamientos humanos, así como en la cultura corporativa como un todo. Lo que es necesario es que tanto los individuos como las corporaciones asuman sus responsabilidades hacia el Bien Común. El liderazgo responsable global exige que ocurra un cambio cultural y una evolución de mentalidades que deberían estar basados en revisar tres áreas: Primero, la razón de ser de la firma; segundo, el liderazgo como un catalizador interno de los valores y responsabilidades en la organización; y tercero, los estadistas corporativos que amplíen el debate y diálogo dentro de la sociedad como un todo.
  • Revisando la razón de ser de la firma
  • El principal propósito de la firma es contribuir al bienestar común a través del progreso económico. El valor para el accionista es tan solo una de las diferentes medidas de desempeño. Las acciones emprendedoras están definidas en términos de la iniciativa, dinamismo, e innovación. Debemos regresar a la esencia de la acción emprendedora, la cual es la creatividad en el mundo real de los bienes y servicios, en contraposición a la lógica de una especulación puramente financiera. Este concepto del progreso nos permitirá identificar la contribución específica que una firma hace a la sociedad – la función de que por sí sola sea capaz de conseguir, y que la diferencie de otras organizaciones, como son el gobierno, las universidades, los sindicatos, las organizaciones no gubernamentales, entre otras.
    Para reubicar la economía en una perspectiva de bien común se requiere el ejercitar una responsabilidad global. Establecer el propósito y los fines del progreso económico exigen alinear este progreso con el amplio contexto del progreso social. La economía es tan solo una parte del todo, y no puede dominar a la sociedad humana imponiéndole su restringida visión de igualar el progreso con el crecimiento de la rentabilidad. Otras formas de progreso existen en los dominios de, por ejemplo, la cultura, la sociedad, la política, la espiritualidad, la educación, y la salud. Mientras que el progreso financiero de una firma puede alentar algunos de ellos, esto no cubre el total cambio del progreso humano. Hemos podido apreciar que las desviaciones del actual sistema pueden causar regresión y conducirnos a una situación negativa y más aún destructiva. Debemos parar de aseverar que para responder a los cambios globales debemos tener fe únicamente en la ingenuidad técnica y en las indicaciones de mercado. Debemos parar de reclamar que existe una convergencia caso automática entre la creatividad económica y el desarrollo global de la humanidad. La firma será responsable si se suscribe a una visión que abrace el progreso y desarrollo sostenible de la sociedad.
    En esta perspectiva la GRLI hace frente a la formulación de un propósito para los negocios globales responsables en los siguientes términos: “Crear un progreso económico y social de una manera globalmente responsable y sostenible”. 


  • La conjunción del liderazgo y la ética
  • El liderazgo responsable implica acciones fundamentales en un sistema de valores que reconocen la interdependencia de la sociedad y el desarrollo sostenible de largo plazo. Si la firma desea darle significado a sus acciones y si quiere conseguir darle un propósito al progreso económico alineándolo con el progreso de la sociedad, la ética es esencial para alumbrar las tenaces alternativas y guiar el comportamiento. La principal pregunta ética en nuestro tiempo es cómo escoger qué clase de mundo deseamos construir todos con los diversos recursos que tenemos a nuestra disposición…
    Los humanos son seres históricos, y sus acciones construyen – o destruyen, el mundo. Somos responsables por el futuro y por la sociedad que desarrollamos. Esta responsabilidad se torna mayor cuando nuestra creatividad, recursos, y poder crecen. Ciencia, tecnología, y globalización nos plantean nuevas preguntas radicales que nos fuerzan a mirar más allá de nuestros estrechos esquemas y que toman en consideración nuestras interrelaciones globales.
    El negarse a integrar la ética dentro del funcionamiento de la firma basados en el pretexto de que la economía tiene su propia lógica nos conduce a amordazarnos en un esquema instrumental (la ideología del mercado) la cual priva a la firma de su legitimidad social y puede conducirnos a fracasos espectaculares. La ética no está restringida a las convicciones o valores, sino es parte integral de la sostenibilidad de las organizaciones en el largo plazo.
  • Capacidades del estadista corporativo
  • La capacidad de estadista corporativo se refiere a cómo la organización se convierte en un contribuyente activo del bienestar de la sociedad y de su evolución. La firma responsable acepta un debate abierto cuando sus acciones pueden tener importantes consecuencias sociales. Nuevos tipos de diálogo, los cuales incluyen a representantes de la sociedad civil (tales como organizaciones no gubernamentales, universidades, organizaciones religiosas) e instituciones internacionales, necesitan ser incorporadas en la discusión con sus socios en la sociedad y con los gobiernos. Tal enfoque va obviamente más allá de los esquemas nacionales.
    La transformación voluntaria es necesaria, pero no será más adelante lo suficiente para mejorar el sistema. Necesitamos también voluntad política que sea convertida en regulaciones y ejercicio del gobierno mundiales. En lugar de limitarse a acciones de cabildeo, la compañía responsable participa proactivamente en preparar e implementar las nuevas regulaciones globales en colaboración con todos los constituyentes de su comunidad vinculada. Esto incluye una cuidadosa y atenta escucha y una contribución al debate público. Es en este sentido que los líderes responsables deben desarrollar nuevas capacidades de estadistas.

Conclusión y compromiso al diálogo críticamente constructivo

Para desarrollar este necesario cambio en la cultura, es importante tener en mente que nos estamos refiriendo a un proceso de constante pesquisa a través del permanente diálogo entre los diversos actores de la comunidad vinculada (ejemplos, el mundo político, los actores económicos, y los facilitadotes sociales). Con relevancia, esto también implica una necesaria revaluación de la forma como los líderes sociales, políticos, y empresariales son educados y entrenados.

Concretamente, la GRLI cree que las escuelas de negocios deben enfocarse en la educación de las personas como un todo, tanto como emprendedores, líderes, y estadistas corporativos. Liderazgo es el arte de motivar, comunicar, facultar, y convencer a la gente para involucrarse con la nueva visión de un desarrollo sostenible y de los necesarios cambios que éste implica. El liderazgo está basado en la autoridad moral. La autoridad moral requiere convicción, carácter, y talento. Todos aquellos que se han comprometido a la acción saben que los grandes líderes le deben parte de su autoridad a sus cualidades personales, quizás más allá de aquellas competencias intelectuales o técnicas. Éste ha sido un hecho constante a través de toda la historia de la humanidad.
A la luz de todo esto, y observando la urgencia de que un sistema que está fracasando necesita ser cambiado y adaptado a las necesidades humanas de esta economía globalizada, nosotros, los líderes corporativos, las escuelas de negocios, y las instituciones que están aprendiendo hacemos un llamado a la acción, comprometiéndonos a:

Nuestro llamado a la acción apunta a reforzar las fortalezas de nuestro sistema emprendedor mientras corrige los defectos y excesos de este sistema. Nosotros nos esforzaremos para alcanzar esto a través de fomentar la responsabilidad en todos los niveles.
Este documento es el resultado de un grupo de discusiones dentro de la GRLI, basado en tres documentos:
“A call for engagement” (GRLI, 2005)
“Learning for tomorrow: Whole Person Learning” (Bryce Taylor, Oasis Press, 2006)
“Should Prometheus be bound?” (Philippe de Woot, Palgrave, 2005)

Fuente: Globally responsible Leadership Initiative

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